8 de junio de 2010

Los misterios de Oriente a través de sus danzas

Es una de las danzas más antiguas del mundo. Su origen se remonta a miles de años a. de C. En los antiguos templos egipcios se reservaba a pocas mujeres la suerte de bailar delante de los dioses para implorar sus favores, agradecer sus beneficios y ofrecer dones. Con la invasión árabe los sultanes podían conceder privilegios a aquellas que destacaban en sensualidad y belleza. El harén sería un paso inevitable para algunas mujeres que posteriormente conseguirían regalos y favores inimaginables. Más tarde, con la llegada de los turcos, esta danza se enriquecería con mayor calidad técnica sin perder por ello su magia, su esplendor y su misterio.

Personajes del Harén

Las mujeres que vivían en el harén estaban sometidas a un sistema jerárquico que se aplicaba de manera estricta.

La Reina Madre: era la madre del Sultán reinante, soberana del harén después de él. Cuando el sultán era niño, ella aseguraba la regencia del imperio hasta su mayoría de edad.

La Favorita (bas haseki): era la mujer preferida del Sultán y la que le daba el primer hijo macho, heredero del trono.

Las Ikbal: eran las mujeres oficiales del Sultán, cuyos hijos eran considerados como príncipes y princesas. Ellas eran como mínimo cuatro y como máximo siete.

Gedikli kadin: esclava privada al servicio del Sultán, una de sus funciones era el baño de él.

Concubinas (odaliscas): mujeres jóvenes que ocupaban la cama del Sultán y que podían tener hijos.

Gözde: joven esclava del harén, que habiendo llamado la atención del Sultán compartía su cama.

Cariye: sirviente del harén, si era lo bastante inteligente e intrigante tenía la posibilidad de ascender al rango de Gözde .

Los eunucos negros: niños traídos de Sudán ó Abisinia que eran castrados con métodos particulares para hacerles más tarde guardianes del harén. A través de ellos se hacían las comunicaciones con el exterior. A su cabeza el kizlaragasi se ocupaba de la seguridad del harén, la selección de las esclavas y asumía su promoción.

Las esclavas que entraban en el harén debían tener un cuerpo sin defectos y ser muy bellas. Eran presentadas a la favorita por el kizla ragasi, y después confiadas a las cariye experimentadas que se encargaban de su educación. Ninguna de ellas podía compartir la habitación del Sultán a su llegada al harén. Aprendían las prohibiciones de la disciplina del harén y estudiaban música, literatura, danza y canto.

El ideal para cada una de ellas era llamar la atención del Sultán e incluso hacerse amar. Si tenía esta suerte podía incluso obtener el título de esposa del emperador más poderoso del mundo.

Las jóvenes esclavas se vestían y se paseaban para destacar ante el Sultán. Si una de ellas captaba su mirada, ponía en evidencia su encanto y coquetería para responder. El Sultán no mostraba jamás su deseo delante de la elegida, se contentaba con hacérselo comprender por una mirada o un gesto particular, después designaba su deseo a través del intermediario del kizlaragasi a quien pedía que se la preparase.

La feliz elegida era llevada al hammam (baño turco). Se le quitaba todo pelo superfluo, se le perfumaba y se le vestía de bellos atuendos. Después era llevada a la habitación imperial acompañada de música y cantos.

Al entrar en la habitación, se aproximaba suavemente hasta el borde de la cama del Sultán, entrando por el lado donde estaban sus pies. Esta podía ser su primera noche de gloria, puesto que si quedaba embarazada y le daba un hijo, podía llegar a ser una de sus mujeres, o gracias a su sensualidad y habilidad tenía la oportunidad de ser su favorita.

De todas estas luchas y jerarquías habla la película de Frezan Ozpetek "El último harén", con Marie Gillan y Alex Discas que recomendamos, por su fastuosa ambientación y vestuario y el intento de retrato de los personajes que vivieron el hecho histórico del fin del Imperio Otomano y de la llegada de la república en Turquía.


Maria nefertari danza oriental


Historia de la Danza Oriental

La Danza Oriental es una de las danzas más antiguas del mundo, que combina elementos de diferentes países del Medio Oriente y Norte de África, aunque sus orígenes precisos son inciertos.

En los países árabes esta danza se conoce como Raks Sharki que significa literalmente Danza Oriental. El nombre Danza del vientre se empieza a utilizar en el siglo XIX por los europeos que viajaron a los países exóticos en busca de nuevas culturas, costumbres y paisajes. Estos viajeros acuñaron este término sorprendidos por los movimientos de vientre y cadera que no existían en las danzas europeas.

Tenemos que distinguir entre el Raks Sharki (Danza Oriental) y el Raks Baladí (Danza del Pueblo). El raks baladí es una danza más elemental, prácticamente sin desplazamientos y con movimientos de cadera predominantes. El raks sharki es más refinado y rico. Incluye movimientos del folklore egipcio, la danza clásica y la danza contemporánea, con grandes desplazamientos, vueltas y movimientos para todas las partes del cuerpo, aunque los de cadera son también los más importantes.

En algunos pueblos de la antigüedad se pensaba que la fertilidad humana estaba directamente relacionada con la tierra. A las mujeres, que eran las que creaban nuevas vidas, se las atribuía poderes mágicos. Por ejemplo:

En la Anatolya Central y mediterránea (Turquía), hace miles de años, las mujeres tenían danzas rituales en honor a estos poderes mágicos (ceremonias relacionadas con la fertilidad). Los hombres estaban excluidos de estos ritos.

En la antigua Grecia y Roma se realizaban diferentes danzas de la fertilidad basadas en la rotación de las caderas y vientre. Algunas de ellas se realizaban en honor a las diosas. Muchas de estas divinidades provenían del este, en particular de Siria y Turquía. En Chipre, lugar de nacimiento de Afrodita, la diosa Griega del amor y la fertilidad, las mujeres realizaban danzas rituales eróticas acompañadas de cantos y percusión mediante las cuales se ponían en trance. Esto les permitía entrar en contacto con la diosa y que ésta les pasase su poder.

Asimismo, estos ritos o similares tuvieron lugar en Mesopotamia, fenicia, Egipto, Arabia y la India.

En estas ceremonias participaban gran número de mujeres. En ellas se bailaba, se cantaba e incluso en algunas las mujeres se ofrecían a los hombres en honor a la diosa. El propósito de estas ceremonias era traer el poder de la diosa a la tierra y favorecer la fertilidad esta.

Durante el S. IV D. C. el Cristianismo y el Islam pasaron a dominar el Medio Oriente. Aunque tomaron ciertas fiestas y ritos paganos y se los apropiaron adaptándolos a su nueva religión, también destruyeron los rituales con culto a las diosas y trataron de eliminar las danzas femeninas relacionadas con la sexualidad y fertilidad.

Hace siglos, los bailarines, músicos y cantantes eran esclavos. Aunque este estatus luego cambió los intérpretes nunca escaparon totalmente del estigma atribuido a su profesión dentro de los países árabes.

Durante el S. XIX, en Egipto existían dos tipos de bailarinas: las ghawazee (gitanas) que bailaban al aire libre o en el campo, normalmente para audiencias de clase social baja. Actuaban con un pequeño grupo de músicos que solían incluir mizmar, nay y tabla. Las awalim eran más respetadas y además de bailar, cantaban y recitaban poesía. Normalmente actuaban en casas de ricos. Los músicos eran: nay, oud, kanoon y tabla. En ambos casos la danza era improvisada.

Hasta el año 1930, los bailarines habían actuado sobre todo en casas de gente o en cafés. Ese año, en El Cairo, una mujer libanesa llamada Badia Mansabni abrió una sala de fiestas llamada Casino Badia. Esta sala se hizo muy popular. Tenía un programa diverso que se basaba en el oriente y ofrecía bailarines, cantantes, músicos, comediantes y números europeos.

La danza oriental siempre se había bailado en espacios pequeños. En el Casino Badia tuvo que ser adaptada a escenarios grandes. Badia Mansabny además de formar a sus bailarinas trabajó con coreógrafos y bailarines europeos para incluir elementos de otras danzas (ballet). Estas bailarinas actuaban normalmente en grupos, aunque las que destacaban por su talento hacían a veces un solo.

Durante esta época se puso de moda el traje de dos piezas con pedrería y flecos que estaba inspirado en las películas americanas.

En esos años se produjeron un montón de películas en Egipto y era habitual incluir alguna escena de danza o tener una bailarina como protagonista. Muchos cazadores de talentos iban al Casino Badia buscando bailarinas para estas escenas. Las bailarinas actrices tuvieron mucho éxito entre el público.

Muchas de estas bailarinas descubiertas en el Casino Badia llegaron a ser estrellas de cine muy populares y adquirieron un estatus que nunca antes habían tenido. Como Tahia Carioca, Samia Gamal, Naima Akef y Nadia Gamal.

Actualmente, la danza Oriental en la mayoría de los países árabes es parte de la cultura y una celebración sin un espectáculo de danza oriental no está completo. En los países árabes donde más se ha desarrollado en los últimos tiempos es en Egipto, Líbano y Turquía, aunque cabe destacar que también se ha desarrollado en algunos países europeos y de América debido a la emigración árabe, como en Alemania, Francia, Brasil y USA.

Las bailarinas famosas suelen bailar en los clubes de los hoteles de cinco estrellas, llevan una orquesta de al menos treinta músicos con instrumentos tradicionales y modernos. El vestuario suele ser exclusivo y el espectáculo está completamente coreografiado. El primer número suele ser una música especialmente compuesta para ellas seguido de una variedad de canciones populares.

Algunas bailarinas famosas de hoy son: Fifí Abdú, Nagwa Fouad, Amani, Mona Said, Dina, Laila Haddad y Soraya Hilal.

Prácticamente todas las mujeres árabes bailan raks báladi, aprenden desde niñas en las fiestas y reuniones familiares, pero son pocas las que se animan a ser profesionales, porque ser bailarina no está bien visto en una sociedad tradicional musulmana.

Maria nefertari danza oriental